A ver, el uniforme no es ninguna maravilla, porque no hay cosa que irrite más a un hincha atlético que le trastoquen las franjas colchoneras, pero esa asimetría, que queda disimulada por la publicidad, no queda tan mal desde lejos. Mientras el mundo vive en la calma que precede a la tempestad, una de las partes del fútbol que, gracias en parte a los fichajes, vive su momento más álgido en los meses de verano es la venta de camisetas.