Estados Unidos no clasificó para los mundiales desde 1954 hasta 1986, fracasando en las eliminatorias y en otras competiciones oficiales, esto se debe a la falta de tradición futbolística en dicho país. Su heroico trío, además de luchar contra una aparentemente interminable variedad de villanos formidables, a menudo se veían obligadas a confrontar el sexismo del mundo en general con respecto a cómo se supone que las niñas y mujeres jóvenes “deben” actuar en modales, vestimenta y habla.