Históricamente de color bordó, esta vez el uniforme del combinado luso otorga mucha importancia al otro color de la bandera nacional, el verde, en un diseño que se divide con una línea diagonal que cruza toda la camiseta a la altura del ombligo. Para salvar este escollo, la camiseta de Bershka como la que sacó en su día Balenciaga en colaboración con Adidas, juega con una importante ventaja y es que no se vincula a ningún equipo en concreto.